miércoles, 4 de diciembre de 2013

Como se puede observar en la gráfica, España y Francia son países individualistas, en el que se espera que las personas cuiden de sí mismos y, como mucho, de sus familiares directos. Francia representa un mayor individualismo con respecto a España. Por el contrario, en China se practica el colectivismo, puesto que los individuos pueden esperar que sus familiares o miembros de un determinado grupo interno para cuidar de ellos a cambio de lealtad incondicional. España y Francia se constituyen como dos países incómodos con la incertidumbre, el riesgo y la ambigüedad, (aversión al riesgo fuerte) por lo que tratan de minimizar la posibilidad de tales situaciones mediante leyes, reglas estrictas y rígidos códigos de creencias. Sin embargo, China constituye una sociedad con una aversión al riesgo débil, ya que mantiene una actitud más relajada y es más tolerante con las opiniones que son diferentes a las que están acostumbrados. China presenta una orientación a largo plazo. Lo que implica una fuerte propensión y capacidad de ahorrar, invertir y perseverar en la consecución de resultados. Mientras que España y Francia son sociedades con una orientación a corto plazo en comparación con China, puesto que se respeta la tradición y protegen su propia reputación.